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Cuidado con las decisiones de tu veterinario

Perro pastor alemán

Cuando nos relacionamos con gente que tienen en común con nosotros «el tener un perro» No es raro encontrarnos con algunos que han tenido que sacrificar sus perros o gatos porque así se los recomendó el veterinario.

No digo que en muchísimas ocasiones tengan razón, pero hay que tener mucho cuidado. Hay casos en los que a simple vista es obvio y nuestro amigo de cuatro patas esta sufriendo mucho y lo mejor es terminar con ese sufrimiento. Pero si hay dudas, lo mejor es consultar con otro veterinario para que nos de su punto de vista.

Aquí una anécdota…
Hace un año conocimos un perra en una clínica veterinaria, su propietaria me comentaba con lagrimas en los ojos que su perro estaba tan mal que le tenían que sacrificar. En momentos así no sabes que decir, la única tontería que se me ocurrió «No se ve tan mal» Y nunca más volví a verles, hasta hace poco que coincidimos en un parque, fue tanta mi emoción al ver aquella perra que fui directo a preguntar ¿Qué ocurrió al final?
La respuesta de la propietaria fue más bien un consejo, «No vuelvas a aquella clínica». Al parecer su familia no quiso sacrificar a su pastora alemana y decidieron llevarla a otro veterinario.
Durante ese año, la perra fue operada de un quiste mamario y fue obligada a perder peso. A día de hoy se le ve muy bien, corre como una cachorra 🙂

Esta historia me hizo pensar en tantos casos de sacrificios que he tenido oportunidad de escuchar y me preguntaba si ¿Se hizo todo lo posible? ¿Por qué un profesional decide desahuciar a un perro cuando aún hay posibilidad?.

Con esta historia lo que pretendo es que no nos quedemos con una única opinión, en el post «Consejos para elegir veterinario» pueden tomar ideas y lograr llegar a un veterinario que les proporcioné absoluta confianza.

¿Has tenido una mala experiencia? Compártela con nosotros y el resto de lectores, seguro nos ayudará y nos hará pensar…

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¿Qué son las glándulas anales?

En numerosas ocasiones escuchamos decir al peluquero canino «Le vacié las glándulas anales», y es probable que entendamos, pero realmente ¿sabemos lo qué es?. Hoy les voy hablar de este tema y de porque en algunos casos hay que vaciarlas manualmente.

Las glándulas anales, son el recipiente donde se guarda el olor individual de cada perro. Es por esta razón que los saludos entre perros comienzan por esta zona de su cuerpo. Las secreciones de esta glándula aporta toda la información genetica, social y sanitaria de cada individuo.
En el momento que defecan, vacían parte de ese liquido denso y de color pardo, para marcar su territorio. Una vez lo has identificado no lo olvidas.

Normalmente no hay que hacer nada a estas glándulas, a menos que se obstruyan a causa de diarreas,por tanto haya que vaciarlas manualmente. Pero no necesariamente hay que tocarlas cada vez que se vaya al veterinario o a la peluquería.

¿Cuándo debemos preocuparnos de las glándulas?

Nos daremos cuenta enseguida de que algo anda mal porque el perro arrastrará su «culete» por el suelo intentando que éstas estallen, se intenta morder, se lamen continuamente y aveces tiene un olor fétido. Es en este momento donde hay que preocuparse, y llevarle al veterinario es la opción más correcta.
La situación puede volverse más complicada al infectarse las glándulas y en cuyo caso puede que supure sangre.

La expulsión de manera manual resultará muy dolorosa para nuestro compañero y por tanto debemos hacer todo lo posible porque no pase por este tipo de situaciones.

Consejos:

Una dieta equilibrada es lo primero que se debe tener en cuenta.
La desparasitación no debe faltar y debe ser adecuada a cada animal.
Limpieza anal de forma normal continuamente.
No dar de comer huesos.

Ozzy paso por esta situación y analizando con el veterinario cuál fue la causa, llegamos a la conclusión que fue el cambio de pienso que se le hizo en ese mismo mes. También me aconsejo que estas bolsas no tenían porque vaciarse como medida preventiva ya que puede ocasionar problemas graves.